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Sálvame de la sombra abrasadora,
déjame ver el sol de la palabra
con que mi corazón sus puertas abra,
y acuda el mundo al alba destructora
de la estrellada noche. Oh, redentora
luz que las falsedades descalabra,
y como arado que la tierra labra
mueve mi muerte en que mi vida mora.
Desconocida luz, deshabitada
luz, dame voz para vivir tu vida,
alma para encontrarte a la salida,
valor para beberte en la mirada.
No vaya a ser la sombra prisionera
protagonista de la primavera.
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