APUNTES


Apodaca

Este, que sigue vivo y aùn me escucha,
que mira por detràs de la no muerte,
dice tal vez misterios verdaderos
en tùneles de luz . Su vida muere,
su muerte vive; y, aùn, en su paseo,
le abre las puertas ciegas al deseo.






Se van desarraigando las palabras
como pàjaros lentos en su ausencia;
no sé qué màs decir; quemas tu nombre
y arde la luz, aullando y ahuyentàndose.




Saber salir al sol; silva la vela. 



TIMISOARA

la lluvia preguntando a otras palabras


Timisoara, supe por tus calles
recuerdos que ya nunca olvidarè,
manzanas que se queman en mis manos,
nostalgia de un tranvia que no vi.

Timisoara, nada se desdice,
y un rio viene a refrescar la sien,
por màs que me preguntes nada temo,
Timisoara, fria como el sol.

Timisoara, bailan las preguntas,
en este valle en que te conoci,
Timisoara, vuelve en una mano,
Timisoara, baila para mi.


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Sombras, Timisoara, son tus calles,
sobrias sombras de màrmol o prisiòn,
rincòn de Dios, Timisoara, sangre
dormida en la esperanza de ser sol.

Timisoara, nada ya nos queda,
unas piedras tejiendo el devenir,
olvido acumulado en cada huella,
la argolla o rima que no deja ir.

Timisoara, un tiburòn extraño
ruge en las calles de tu corazòn,
no sabes encontrarte con tus fuentes,
bebe tranquila el agua del adiòs.

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Timisoara, tienes todavia
una esplèndida llama de pasion,
prendida en una rama la alegria,
demos al aire libre el corazon.




Para todos los gustos