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Desapareces en la sombra siempre.
Se extinguen tus palabras.
Desapareces.
Y me dejas con manos apagadas,
con dedos mudos, seco, solo,
y no arde ya la cera, Icaro ciego
sepultado en el mar
que es el vacío
rumor
de tu silencio
que no cesa.
Desapareces, siempre,
y en tu espalda
de nunca, feraz arde
tu palabra
negada.
II
Tu silencio no cesa
de venir con las olas
Tu palabra negada
que me habla callando
Las estrellas se encienden
porque tú las has visto
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